¿Cómo dejar de poner límites?
Escrito por Madeline Barrales Zariñan
“Lo triste no es quejarse. Lo
triste es que a muchas personas les gusta quejarse, pero no hacen absolutamente
nada para cambiar su situación.”
Puedes culpar a todos los demás y pensar: «Pobre de
mí! ¿Por qué todas estas cosas horribles me pasan a mí?» Pero lo único que esos
escenarios tienen en común eres TÚ. Y esta es una buena noticia, porque
significa que solo TÚ tienes el poder de cambiar las cosas, o cambiar la forma
en que ves estas cosas. Hay algo muy poderoso y liberador en rendirse al cambio
y abrazarlo; ahí es donde el crecimiento y evolución personal residen. Nadie
pasa por su vida sin retos y obstáculos… así como nadie pasa por su vida sin perder
a un ser querido, algo que necesitan, o algo que creían que iba a ser por
siempre. Pero son estos ensayos los que nos hacen más fuertes y, eventualmente,
nos guían hacia futuras oportunidades.
Abraza estas oportunidades. Sumérgete en nuevas
relaciones y nuevas situaciones, sabiendo que te estás aventurando en
territorio desconocido. Está listo para aprender, está listo para un nuevo
desafío, y está dispuesto a experimentar algo o conocer a alguien que podría
cambiar tu vida para siempre. No debemos rendirnos a los obstáculos que la vida
nos depara, siempre en a lo largo de nuestros caminos, encontramos barreras
como prueba a los desafíos que nos brinda la vida y debemos estar preparados
para darles soluciones o saber cómo solucionarlos. No rendirse, no significa exactamente que no sientas la contundencia de
lo que está pasando. Es sentirlo, sumergirte y vivir esas emociones, sin
paralizarte, sabiendo que al final habrá una salida superadora al menos como
grandes aprendizajes.
Rendirse, para muchas personas, es abandonar, tirar
la toalla, dejar que los acontecimientos y situaciones desafiantes te pasen por
encima y arruinar tus sueños, tus metas y tu vida. Rendirse, también, significa
entregarse al devenir de las cosas; al fluir; al conectar con la experiencia
más profunda detrás de cada dificultad sobre la que no tengo ningún tipo de
control. Estas dos acepciones de una misma palabra significan que, sobre todas
las cosas que vivimos a diario, tenemos al menos dos opciones: las asumimos con
espíritu de superación, o dejamos nos anulen. Debemos de ver las cosas de la
mejor manera y no ser negativos, debemos dejar de ponernos límites y
motivarnos.
Referencias:
· Comte-Sponville, A. 2003. Diccionario filosófico. Barcelona: Paidós. Comte-Sponville, A. 2004. El capitalismo, ¿es moral Barcelona
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