De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud la pandemia actual de COVID- 19 ocasionada por el virus SARS-CoV-2 alarma a la población por contraerlo a través de los alimentos. Es muy poco probable que la COVID-19 se transmita a través de los alimentos o de envases de productos alimenticios. La COVID-19 es una enfermedad respiratoria que se transmite principalmente a través del contacto entre personas y del contacto directo con las gotículas expulsadas al toser o estornudar por una persona infectada. (FAO y OMS, 2020).
Los coronavirus no pueden multiplicarse en los alimentos, pues necesitan un huésped animal o humano para hacerlo. (FAO y OMS, 2020). Aunque no han ocurrido casos de transmisión de la COVID-19 por medio de los alimentos, la pandemia ha puesto de relieve cuestiones relacionadas con la inocuidad de los alimentos, como la higiene, la resistencia a los antimicrobianos, las zoonosis, el cambio climático, el fraude alimentario y los posibles beneficios de la digitalización de los sistemas alimentarios. También ha llevado a identificar debilidades o vulnerabilidades en los sistemas de producción y control de alimentos. (FAO y OMS, 2021). Por lo tanto, en quien debemos enfocarnos para garantizar la higiene de los alimentos es en quien los manipula, esto no es la nueva normalidad, siempre existen las normatividades de inocuidad alimentaria entre ellas la NORMA Oficial Mexicana
NOM-251-SSA-2009, Prácticas de higiene para el proceso de alimentos, bebidas o suplementos alimenticios, la cuál debería de ser implementada de manera obligatoria en todo lugar o establecimiento de expendio de comida y dar el cumplimiento. Los alimentos, por las diferentes etapas que transcurre como su producción, transporte, elaboración y manipulación, son un importante vehículo de agentes capaces de provocar enfermedades en el consumidor. Las buenas prácticas de higiene inician con la adquisición de los conocimientos para producir alimentos sin
riesgo. Es importante implementar las medidas de distanciamiento físico y prácticas estrictas de higiene y saneamiento, y que exijan a su personal que se lave las manos y apliquen medidas de saneamiento con regularidad y eficacia en todas las etapas de la elaboración, producción y comercialización. (FAO y OMS, 2020). Es importante tener diferentes consideraciones e intensificar las buenas prácticas de higiene en la manipulación y preparación de alimentos y así mismo para los
establecimientos que ofrecen alimentación de acuerdo con la NOM-251-SSA-2009, las recomendaciones de la OMS y FAO tales como: Uso de uniforme completo limpio: filipina, zapato antiderrapante, pantalón, cofia o red para el cabello, cubrebocas este último que sea desechable siendo un uso adecuado cubriendo nariz y boca completamente sin tocarlo constantemente. Buena higiene del personal: aseo diario, correcto lavado de manos recomendado por la OMS y el uso de un gel hidroalcohólico; el uso de guantes no exenta el lavado de manos, realizar una buena higiene respiratoria (cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar, desechar los pañuelos de papel después de usarlos y lavarse las manos). No usar maquillaje, loción o perfume, eliminar el vello facial, no usar accesorios como reloj, anillos, aretes o algún objeto desprendible.
º Lavar y desinfectar a menudo las superficies de trabajo, utensilios y los puntos de contacto.
º Realizar las cocciones, descongelamientos, refrigeraciones y enfriamientos adecuados para evitar la zona de peligro de 4ºC – 60ºC.
º Implementar distancias y espacios entre manipuladores de alimentos en sus áreas de producción y manipulación, reducir la interacción entre ellos.
º Evitar el contacto cercano con cualquier persona que presente síntomas respiratorios (por ejemplo, tos o estornudos).
º Poner a disposición de los clientes una solución hidroalcohólica a la entrada y salida del servicio de alimentación.
º Limitar el número de comensales de manera simultánea.
º Implementar la distancia física fuera y dentro del establecimiento se pueden colocar marcas para ubicar al comensal.
º Colocar anuncios visibles que promuevan la higiene de las manos, el distanciamiento físico y el uso de cubrebocas cuando sea necesario.
º Fomentar medios de pago sin contacto.
º Si es posible mantener puertas abiertas o automáticas para evitar que los clientes las toquen, espacios ventilados con protección que evite el ingreso de fauna nociva.
º Implementar menús visibles sin contacto directo. Sin duda alguna día a día podremos implementar nuevas consideraciones de higiene alimentaria ante una nueva normalidad tomando en cuenta de la pandemia COVID-19 ocasionada por el virus SARS-CoV-2, pero no olvidemos que las normatividades de códigos sanitarios siempre han existido, es necesario que se implementen y se lleven a cabo de manera adecuada para garantizar la higiene de los alimentos.