Bullying
A través de una victima
Desde muy pequeña fui una niña que tenía características físicas notables para la vista de todos.
“Cuando era pequeña, era regordeta y muy blanca de mi color piel, era tartamuda, descoordinada, tenía un problema en mis dientes, por lo que se veían en partes negros, como colmillos y hacia que me viera como chimuela, a pesar de no ser una niña activa como todos los demás y que me dijeran que era “rara” por ser diferente, en la escuela no me hicieron Bullying por estas razones, bueno en ocasiones tres personas lo hicieron, pero solo fue en un comentario y ni fue algo grave o que me hiciera sentir realmente mal al respecto y es que la verdad es que yo iba preparada para escuchar más u otros tipos de insultos, pero no sucedían.
Cuando yo ingresé a la escuela, al kínder, para ser exactos, no veía algo malo en mí.
En mi último año de kínder es cuando comienzo a tener complejos en cómo me veía y constantemente me comparaba no solo con niñas, sino también con los niños, las inseguridades cada vez se hacían más fuertes, pues hasta cuando no había nadie a mi alrededor pensaba en ellos y comenzaba a hacer esas comparaciones.
Al entrar a la primaria era una niña aún más insegura, y esta vez se hizo notar en mi forma de ser, pues ya no platicaba con nadie, me volví callada, nada participativa, y comencé a cuidar mas como me vestía, a pesar de estar pequeña, buscaba ropa holgada para vestir y cubrir mi cuerpo, me hice aun más tranquila y nada sociable, pero en ningún momento alguno de mis compañeros me insulto o me hizo burla que tuviera que ver con algo de mi físico o apariencia, solo me decían que era “rara” por no ser como era pero no decían más.
Cada vez que yo andaba caminando o me querían comprar ropa, en mi cabeza sonaban todos esos insultos, burlas, groserías, agresiones, que hicieron surgir mis inseguridades. Yo creo que se espera que un niño sufra Bullying en la escuela o en la calle, pero en mi lugar, el mío no fue así, el mío inicio en mi casa…
Yo tengo dos hermanos y uno de ellos es hombre y es el mayor, él está muy protegido por mi mamá y cuando nos molestaba mi mamá nunca lo regañaba y aminoraba sus actos, el siempre aprovechaba para insultarnos, hacernos sentir menos, humillarnos, nos obligaba a que le teníamos que servir las cosas, siempre nos recordaba de un modo feo nuestros “defectos físicos” y es que no era solo las cosas que decía, si no la entonación que le ponía a cada palabra que utilizaba, como con asco, odio, y ver su rostro provocaba un sentimiento más fuerte en quien lo escuchaba, muchas veces utilizo la fuerza bruta a pesar de el ser más grande y hombre, él era hiriente y no solo hacía o decía las cosas cuando estábamos solos si no también enfrente de los demás sin importarle lo que nos hacía sentir.
Yo no sufrí Bullying por parte de mis compañeros o por parte de otras personas, yo sufrí Bullying en mi casa, por parte de mi propio hermano y esas palabras, esos actos suenan más fuerte, pues lo hizo y dijo alguien a quien quería, respetaba y admiraba, pero después todo eso desapareció, dejando sensaciones y recuerdos nada gratos”.
Hoy en día, el Bullying ya no solo se realiza en la calle o escuelas, sino también desde casa y por la propia familia, quienes piensan que lejos de causar un mal, provocan un bien, pues para ellos, es una arma o herramienta que servirá a las víctimas para que puedan defenderse o no sentir del mismo modo el primer ataque.
Pensar así, en mi punto de vista es incorrecto, pues muchas veces ninguno de ellos mide qué, y como dice las cosas, el daño que estas causan pueden ser mayores, provocando muchas inseguridades en la persona, las cuales no servirán de mucho para su desarrollo personal, eso claro, si no las atiende, ya que muchas veces nuestras inseguridades nos detienen para realizar lo que nos gusta o queremos.
Si se tuviera más conciencia del peso que tienen las palabras y los actos, de todo el daño que provocan a la persona, no solo en el momento, sino de por vida, la gente tendría más cuidado.
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